"El Jardín de mamá pulpo"

martes, 31 de mayo de 2011

Nacimiento de Lilieth - 2da parte

Al fin puedo continuar, tuvimos una semana terrible con el virus de la gripa, pero vamos saliendo y aquí estamos, toda la semana pase recordando su nacimiento y cuando por fin la tuve en mis brazos, y como no recordar si el domingo pasado cumplió 11 meses, ya estamos solo a unos días de su primer año. Comentando con mis amigas del foro "mamis para junio" en mibebeyyo, todas coincidimos en sentirnos emocionadas con su primer añito, tantos sentimientos encontrados, y recordando cuando una de ellas nos dijo, ya llego mi peque!, y otra haciendo referencia a ello, dijo: "chicas ya vienen llegando, ya vienen, ya vienen!

Hay siento una emoción tan grande al comentar esto, se me hace el nudo en la garganta. que momentos tan esperados!. Todas ya anhelábamos tenerlos en nuestros brazos. La espera para cada una de nosotras se hacia eterna ya en los últimos días. Con todo preparado en casa, la pañalera, el cuarto, los papeles, a la primera contracción fuerte pensábamos que ya era hora, y corríamos al doctor para confirmar.

En mi caso el domingo 20 de junio del 2010 sentí unas contracciones muy fuertes, mi esposo y yo nos encontrábamos sentados en el sillón viendo una película, Daniela dormía. Cuando comencé a sentir las contracciones mas seguido le comente a mi esposo, creo que ya va ser hora de que Lilieth salga.
cada vez las contracciones eran mas seguido pero el dolor no aumentaba, estaba tranquila, después de un rato se quitaron. Pero a la mañana siguiente comenzaron de nuevo así que fuimos con mi doctora y le comente sobre las contracciones aparte de que no tenia ninguna molestia mas que eso y los movimientos de mi pequeña  que se sentían muy fuerte, casi como avisando su llegada y el querer salir de ahí lo mas pronto posible.

La doctora nos hizo la revisión de siempre, a lo que añadió que estaba lista para salir. Al escuchar esas palabras pensé, "¿y ahora que?




La decisión mas difícil de ese momento, elegir el Hospital privado, o el Seguro Social. Finalmente nos decidimos por el SS ya que la doctora estaría en el turno de la tarde en la clínica del Seguro donde yo tenia que ir. Así que pensé, en la suerte que tenia, ya que ella me operaria sin ningún costo extra. la decisión la hicimos porque ahí tienen toda clase de aparatos por si algo resultaba mal, y había que ser precavidos ya que la Lilieth nacería de 38 semanas cumplidas.

Salimos de su consultorio todos emocionados de saber que ya no faltaba nada para conocer a nuestra pequeña, y nos dirigimos a casa de mis padres para dejar a Daniela con su abuelo mientras mi esposo y mi mamá me acompañaban a internarme en el hospital. No me fui mas que con lo que vestía en ese momento, ya que en el hospital no dejan entrar con nada hasta después que uno va a salir, incluso hay que ponerse una bata horrible color verde y dejar todas las pertenencias y ropa con algún familiar.

Llegamos al hospital, y en la recepción de partos, me anuncie, el reloj daba la 1:45 pm,  después de una larga espera me pasaron , el reloj marca las 3:10, me cambie de inmediato y le di la ropa a una enfermera, la cual se la dio a mi mamá. Se me pasaba decir que ahí, entra uno sola, sin acompañante, yo  estaba un poco nerviosa pero a la vez tranquila de saber que era mi doctora la que ahí dentro estaría conmigo.

Después de ponerme la horrible bata verde, me dirigieron a un pasillo con una fila de asientos en la que tuve que esperar otra hora  y fracción con otras cuantas 3 señoras mas a punto de parir. Todas esperábamos turno para que un doctor nos hiciera revisión y viera cuanto de dilatación teníamos para pasarnos a otra sala y nos encamillaran para de ahí pasar a la sala de expulsión.

Pasar por tantos cuartos me ponía de nervios, en el primero de ellos que era como un pasillo había una señora que caminaba, y caminaba, la pobre ya no veía la hora en que le dijeran que ya podía pasar a la otra sala para ser encamillada. yo me imaginaba que casi paria en ese pasillo daba unos gritos que ufff, me ponía a pensar que si así tenia que estar para poder pasar a la otra sala, con signo de interrogación en la cabeza yo decía, pero no me siento tan mal, seguro me pasan hasta el siguiente día.

Al fin,  me pasaron a la siguiente sala para encamillarme. Aquí lo  mas raro es que no habia camillas. ¿como? si, así es;  - "No hay camillas disponibles en este momento, por favor espere aquí"-

Me sentaron en una especie de barra que hace la separación entre el cuarto de expulsión y el cambiador de doctores y enfermeras.  Entre mi decía, claro, otra hora!, como bromeando en mi mente yo sola. Lo mas irónico es que asi fué , yo veía el reloj de pared que tenían ahí y vi como pasaban los minutos, ya eran las 5:30 de la tarde, ya para esta hora se me había hecho eterna la espera.

Por fin vi a mi doctora y me comento que tal vez no alcanzarían a realizar la operación, Me comento que era muy raro que hubiera tantas mujeres ya en labor de parto, "no nos damos a basto", son muchas y aun me faltan cuatro pacientes más para cuando llegue tu turno yo ya no podre atenderte pues estará otra doctora. Pero no te preocupes que te dejare en buenas manos. Claro,  le dije,  no hay problema.

Yo no supe que decir en esos momentos ya que estaba incomunicada, nerviosa por la noticia y en ese momento me llamaron para encamillarme. Me empezaron a preparar, pero yo sabiendo que aun no entraría a la sala de expulsión. Me dirigieron en la camilla a otro pasillo para esperar turno, ya tenia el suero puesto, las piernas vendadas, y mientras nosotras ahí, solas. Le decía a mi bebe en quedito, no te preocupes todo saldrá bien. Las contracciones no seguían un ritmo especifico, venían y se iban y no eran fuertes. Una doctora iba y me revisaba que yo estuviera bien de presion y que empezara a dilatar. Vi salir a una, a otra y a otra mujer con sus bebes en las camillas. Yo ansiaba ya pasar asi tambien. Perdi la nocion del tiempo, empece a querer dormir, pero con tanto ruido y personas pasando era imposible.

no supe cuanto tiempo paso hasta que un camillero empezo a dirigirme a la sala de expulsion, me dijo con una sonrisa en su rostro, -"Ya es hora, Señora, todo saldra bien, en unos cuantos minutos tendra a su bebé en brazos". Ay senti un alivio y nervios a la vez.

Me cambiaron a la "plancha" que así le dicen en el cuarto de cirugía. Yo no pase al cuarto de expulsión puesto que la doctora comento que me realizarían cesárea. Una enfermera me comienzo a preprar y me pusieron anestesia, pero nunca me preguntaron si ya no sentía nada. todo fue muy rápido de pronto solo sentí como me empezaban a abrir y de inmediato les dije que me dolía mucho. (Creo que la anestesia no había hecho la reacción suficiente). Yo estaba sumamente nerviosa, y aquí va lo mas fuerte; sentí toda la operacion al rojo vivo, yo sentía que me moría, la presión me bajaba, ya no podía ni hablar del dolor, y la enfermera y la doctora solo me decían que yo era una exagerada que las demás señoras no  se quejaban tanto como yo. Me sentí realmente indignada y solo le pedía fortaleza a Dios para soportar tanto dolor y poder ver a mi hija nacer, esos momentos fueron los minutos mas eternos que he pasado en toda mi vida, pero al fin salio!
La vi, se me olvido por un segundo todo el dolor que sentía. Lloro de inmediato, la envolvieron y la acercaron a mi para poder verla mas de cerca y darle un beso. Mis lágrimas corrieron de inmediato por mis mejillas, sentí una felicidad enorme. No quería dejar de verla, pero se la llevaron un momento para la revisión de rutina. Mientras tanto yo a seguir soportando mientras me cerraban la herida, en un momento ya no supe de mi, hasta que un camillero me dijo, aquí esta su bebé. Y yo la agarre ahí en la camilla rumbo a recuperación, pensé: "todo esto valió la pena, por que ahora te tengo en mis brazos; mi princesa".

Lillieth nació a las 00:38 hrs del día 22. Peso 2,600 gr., y midió 47 cm. Cuando la tenia en mis brazos pensé que se me deshacía de lo chiquita que estaba. Estuvimos en el hospital todo el día martes y el miércoles a medio día, nos dieron de alta. Las enfermeras nos trataron muy bien, y como  me puse a mi bebé enseguida en mis brazos y encima de mi pecho, la leche me bajo muy pronto y no hubo necesidad de que le dieran leche de formula, ella me cogió muy pronto,  así que solo le di leche materna.

Cuando salimos estaban mis padres esperándonos, junto con una tía, y claro Daniela también.




Gracias a Dios por el regalo tan hermoso.