"El Jardín de mamá pulpo"

viernes, 16 de noviembre de 2012

Una nueva aventura... y mi conejillo de indias.

Mi mamá fue enfermera de profesión, ya de años jubilada y disfrutando los días con mi padre. Muchas ocasiones llegaron a casa de mis padres, amigos y familiares y desconocidos, para que mi madre les pusiera una inyección  En algunas ocasiones tuve la oportunidad de presenciar ese momento tan horripilante de ver como mi madre preparaba la aguja, ponía alcohol en el algodón y se disponía a inyectar.

Recuerdo esas caras de angustia, esos lloriqueos de los niños a modo de grito: "Mamá por favor, no, por favor no dejes que me inyecten", y aun yo no me salvaba de esos horribles piquetes. Creo que era mas mi angustia y el pensar en el dolor del piquete, que  en lo que mi mamá me ponía la inyección  Casi no se sentía nada con ella, era toda una profesional.

Hace unos días mi marido se puso mal de la espalda, tanto que no podía ni moverse, tuvo que ir al doctor y le receto inyecciones. Con lo que mi marido odia ir al doctor y más aun las inyecciones. El primer día que se tenia que tenia que inyectarse, llamo a su madre, y tuvo que espera hasta muy noche para ella llegara porque tenia otras ocupaciones, yo le sugeri que si quería yo lo inyectaba. (Que estaría pasando por mi cabeza, si nunca en mi vida lo  habia hecho y ni pensar en practicarlo y menos con mi marido, que miedo). En fin, él se rehusó totalmente y hasta con risa sarcastica y dudosa decía  "apoco si me inyectas, pero si ni sabes". Yo sin dudar le dije, pues deja busco en internet como inyectar, y listo.  Claro que mi marido soltó la carcajada pero se unió a mi a ver videos  de como inyectar. Yo por mi parte sentía nervios, muchos nervios, y cuando veía como metían la aguja, uff que se me hacia chiquito el estomago.

Ahi se nos fue el tiempo y por fin la suegra llego. Yo me fije muy bien como lo hacia para darme valor y hacerlo yo después. Con los nervios de punta y el " esperate todavía no me piques, ay, no que nervios  por fin mi suegra le dio el piquete. "!AYYYY!  y por fin la aguja había entrado. Y es que a mi marido no es que le duela tanto, sino que se pone de muchos nervios con cosas así.

Al siguiente día, otra vez había que poner otra inyección a lo cual yo le propuse nuevamente inyectarlo, y despues de convencerlo con; "si ya me fije como lo hizo tu mamá", decidió acceder a ser mi conejillo de indias.

Claro al principio el mas nervioso era el, yo no tanto aunque si sentía un poco de nervios pensar que lo pudiera pinchar mal y que no entrara la aguja, en fin, ya preparada la inyección y mi marido en pose para inyectarlo, tome el algodon con alcohol y limpie donde dejaría el piquete, una y otra vez pase el algodn por ahi. Solo pensaba, hay que nervios y si lo hago mal, y sino le atino, y si esto y si el otro. Mi marido impaciente, decía, no ya no, deja llamo a mi mamá, y yo decía; No, si ya estoy lista, voltéate  y en dimes y diretes se volteo y lo pique . (Uf, pensé, por lo menos entro).

Ya acabando de vaciar el liquido de la aguja, lo saque y LISTO! esa había sido la primera inyección que ponia. y de ahi la segunda que no dolió como la primera y luego las tercera y bueno las que siguen. Ya perdí el miedo, y ha sido una buena experiencia, porque uno no puede nada mas atenerse a las mamás y una mami debe saber de todo un poco, porque no siempre  puede uno llevarlos al doctor o con la enfermera o con la abuela a media noche para ser inyectados.

Esta fue una nueva aventura para mi, muy grata de saber que si uno se lo dispone lo puede uno hacer. Y por cierto encuentra uno de todo en Google.